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martes, 22 de marzo de 2011

¡Oh ego!




¡Oh ego!, todos los males del mundo tienen en ti su origen. Con el objetivo de eliminarte, los Reyes hacen las leyes y los Sabios dan sus enseñanzas. A pesar de sus esfuerzos desde la noche de los tiempos, ¡ay! sigues vivo; tan sólo te escondes, y reapareces una y otra vez. ¿No tienes entonces un final?. ¡Oh sí!, y seguramente se aproxima. Otro Ego ha comenzado a eliminarte. Es el Ego Universal (lo Absoluto), cuyo nombre es Yo-Soy-Brahman (Aham Brahmasmi).

¡Oh ego!, ¡desengáñate!, tu enemigo no es de tu especie. Tú eres perecedero, mientras que Él no lo es. Tú te tomas por "yo", porque tú diferencias siempre "yo", "tú", "él", etc., pero Él está libre de estos conceptos. Él armoniza las diferencias y suprime todo en Sí mismo. Tu hostilidad hacia Él nace de que lo ves elevarse para aniquilarte. Pero Él no tiene ningún mal sentimiento hacia ti, puesto que no puedes encontrarte tú allí, en su presencia. Él te ve como una parte de Él mismo. Es tu propia impostura la que causa tu pérdida en Su presencia. Él ni siquiera sueña con matarte ya que tú no cuentas a sus ojos. Es por eso que tú te consideras como su enemigo, pero Él no se tiene por el tuyo. En una palabra, tú eres tu propio enemigo. Por orgullo, tú te has ensalzado ante él, tal y como lo haces en todas partes. Desde ese momento, estás perdido. Es así como el Sí-Mismo Universal te borra, habiéndote absorbido, brillando en tanto que Luz Absoluta.


¡Oh ego!, los destrozos de tu acción no tienen límite. No estás satisfecho más que si estás glorificado ante los otros, y si los otros están rebajados ante ti. Tus deseos no cesan de acosarte. ¿Con qué puedo ser llenado de honores? ¿Cómo puedo parecer más elegante? ¿Se inclinan los demás ante mí? ¿Dicen que nada me sobrepasa?. ¡Ay! Mira que tu vida es corta y sin embargo, ¡qué de ambiciones!. ¡Cuánto mal puedes causar!. Te has confundido creyendo encontrar la felicidad en esta vana búsqueda de gloria y de poder y queriendo distinguirte de los demás. Todo esto no puede serte de ningún provecho. ¿Por qué?. Los demás, ¿no están motivados ellos también por las mismas ilusiones?. ¿Qué posibilidades de éxito puedes tener frente a la multitud de personas nutriendo las mismas ambiciones?. Ante esa situación, debes de poner término a tu vana voluntad de dominarlo todo. A causa de tanta vanidad suscitas el mal, tanto para ti como para los demás. Escucha mi consejo amigable. Para decir la verdad, Aquel que tú consideras ser tu enemigo mortal, es de hecho tu amigo. Él sabe como hacerte digno de la verdadera Grandeza y de las verdaderas Bendiciones. Abandónate a Él. Este Ego Universal (Brahman, lo Absoluto) no te trata como un enemigo. Él es tu verdadero Bienhechor.

Tú no puedes, en este momento preciso, tener una idea de lo que Él hará en ti si, simplemente, te abandonas a Él. Cualquier cosa que yo pueda decirte de ello, tú no puedes comprenderla. Solamente la experiencia del abandono en Él puede permitir comprender. No dudes de que Él te elevará a su Grandeza, nada menos. Por consiguiente, no te preocupes por tu porvenir; abandónate directamente. Podrás siempre volver de ahí si la alegría no te inunda desde el primer momento del abandono. De igual manera que, al beber leche, la vivencia empieza por el gusto agradable y acaba por la satisfacción del hambre y de la sed, por lo mismo el abandono de sí, comienza por el arrebato y acaba en la Perfecta Beatitud que está más allá del placer y del sufrimiento. Por lo tanto, tu objetivo es, sin duda, ese Ego Universal (Yo-Soy-Brahman).

¿Cuál es tu nuevo nombre, después del abandono?. No hay otro nombre más que el Tuyo. Los Vedas Te alaban, el mundo Te glorifica. La esencia de las enseñanzas religiosas, eres Tú mismo. ¿Cuál es entonces tu forma?. Todas las formas son Tuyas. No hay una forma que no sea la Tuya. Tú eres Eso que es adorado en los templos. Tú eres Eso que es descrito en los Vedas, las festividades, las ceremonias, son todas para Ti. Pero, ¿cuál es entonces tu poder?. En tu presencia, el mundo es activo. Cada ser es lo que es a causa de Ti. En pocas palabras, todas las cosas Te glorifican, y testimonian Tu Ser. Ellas están obligadas ha hacerlo, por deber. Tú nunca hubieras soñado que ese pudiera ser tu estado. Ponte entonces manos a la obra. Abandona tu suficiencia, porque lo Absoluto (Brahman) te espera.

¿Deseas salir de tu sueño, o prefieres permanecer todavía en él?. ¿Cuánto tiempo van a durar las imágenes del sueño?. No seas perezoso, sal de tu sopor, ¡despiértate!. Tú no ves más que tus propias imágenes mentales, y continúas imaginándolas una y otra vez. Todo esto es vano. Encuentra simplemente Quién es ese Tú, ese espectador de tus imágenes mentales. No te menosprecies identificándote con ellas, que aparecen y desaparecen, ¡despiértate!. Desde el instante en el que te despiertes, comprenderás que el despertar vale más que ese sueño. ¡Levántate!. El Yo Universal (lo Absoluto, Brahman) espera para alegrarse de verte despierto.

No temas el cese del sueño actual. Vas a estar mucho más lleno. No estando más en la ilusión, vas a asistir como espectador a esa imaginería mental, no experimentando temor, sino con una sonrisa. Eso te parecerá ser una broma, nunca más una carga. En el sueño, tu imaginería mental parece tener formas reales. En el despertar, sabes que el sueño es solamente un sueño. No tomes el estado de sueño por el estado de vigilia. Conoce el sueño en tanto que tal. Actuando así, debes esperar el estado de Yo-Soy-Brahman (Lo Absoluto).

Me dirijo a ti por tu bien, no por mi interés. ¿Qué se puede hacer si la Fe té falta, si no sigues mis enseñanzas, o si abandonas el camino a falta de una recompensa inmediata...?. ¿Cómo puedo ayudarte si toda la enseñanza de los Santos resulta vana para ti?. No hay estado más elevado que éste. Él Es, para tu bien, y a través tuyo, para los demás. Deja tu suficiencia, desde este momento. Comienza enseguida. El Yo Universal es el tuyo.

¡Oh ego!, mira como eres el esclavo de todo, y cuanto sufres por ello. ¡Qué lamentable es tu estado!. ¡No hay más que hostilidad a tu alrededor!. Cuando dices "mío, para mí", los demás rivalizan diciendo "mío, para mí". Cuando dices "soy grande", ellos protestan: "¿Cómo? Yo soy el grande". Tú eres el único que no te eres hostil. A causa de todas esas preocupaciones, tus producciones mentales se multiplican indefinidamente. ¿No es el momento de aprovechar para dejarlo?. Si dices "todo es vuestro", cada uno será tu amigo. Hay Uno que puede volverte así de magnánimo, y ese es Yo-Soy-Brahman (Lo Absoluto).

Sólo me queda una palabra por decir. No es el producto de mi egoísmo, sino simplemente mi deber. No digo esta palabra especialmente ni para ti ni para mi bien. Es por el bien de todos:


La Verdad es "Yo-Soy-Brahman"
Luz de Gracia Divina,
Amor Omnipotente,
Bendíceme.
 


Fuente: Fragmento del "Ellâm Onru (Todo es Uno)"

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