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martes, 22 de julio de 2014

Morir tres veces


Maestra Zen Daehaeng Kun Sunim


El camino del despertar 
La iluminación no significa deshacerse de un «yo» no iluminado, para después hallar en otra parte un «yo» que sea un Buda. Debido a que eres un Buda, no existe un «yo» que debas desechar ni un  «yo» que debas encontrar. Preocúpate de deshacerte de la ignorancia y de los engaños, y así sabrás que eres un Buda y que, tal y como eres, ya estás completo. Si despiertas a esto, te reirás del gran esfuerzo que hiciste a fin de convertirte en ti mismo. Ésa será la risa de la paz y la alegría. 
La iluminación significa no verse nunca afectado por el vivir y el morir, aun cuando vivas en el mundo de la creación y la desaparición. Es también saber que no desechas este plano para ir a otro. Es saber que la iluminación existe en medio de la corrupción, en lugar de pensar que tienes que deshacerte de la corrupción a fin de alcanzar un estado separado de iluminación.
La iluminación es saber que no hay un «yo» absoluto que existe aparte del «yo» que en este momento está sometido a corrupciones, engaños y pesares. Es saber que pensar, oír y los pensamientos falsos se originan en Hanmaum1. Todo ello es iluminación. 
Si sólo prestas atención al vacío e ignoras el mundo material, si ignoras tus circunstancias presentes diciendo «todo es transitorio» o «no existe un "yo"», no estarás viviendo en el camino del medio. Si sólo ves un lado, pero no el contrario, te habrás desviado del camino del medio, sin el que no puede haber iluminación. 
Con el fin de comprenderte a fondo y alcanzar la iluminación, debes morir tres veces. Tras morir por vez primera, te encontrarás a ti mismo. Tras morir la segunda vez, aprenderás que no hay dualidad en las cosas. Y, tras morir por tercera vez, serás capaz de manifestarte en forma no dual. Es decir, debes superar tres etapas que no son fijas. Primero, devuelve a tu esencia todas las cosas y todos los obstáculos. Si te mantienes haciendo esto, acabarás descubriendo tu naturaleza esencial. Tras haber descubierto tu «yo» verdadero deberás liberarte incluso de ello con una mente sin mente. Si persistes en hacer esto, lograrás percibir que tú y toda la existencia no estáis separados. Finalmente, si continúas liberándote de este modo, incluso desaparecerá la mente sin mente, y alcanzarás el estado de vacío verdadero. En este punto, serás capaz de  manifestarte en forma no dual. Aunque las etapas son diferentes, el modo en que debes practicar es el mismo para cada uno: regresar a tu interior, ver todas las cosas como tú mismo, nunca como algo separado; y liberándote incluso de esto, seguir adelante. 
Si practicas con fe inquebrantable no existirán etapas en esa práctica espiritual, porque la verdad, en su totalidad, funciona de igual forma en cada lugar y tiempo; por eso es accesible para cada uno en cada instante. En este sentido, no existen etapas; pero, desde cualquier otro punto de vista, sí existirán. Por consiguiente, debes pasar a través de todas ellas y seguir adelante sin pereza.
 
Observar tu naturaleza interior 
La primera etapa de la práctica, que consiste en liberarse del «yo» no iluminado, dura hasta que conoces tu «yo» verdadero. En esta etapa, el practicante «muere» por primera vez y, al mismo tiempo, renace. 

El practicante necesita que la atención regrese a Juingong2 y que recoja todos los pensamientos que se le presenten, confiandoselos junto con todos los obstáculos y cuanto surja en su camino. Lo más importante es creer, tener una fe extremadamente sincera. También necesitas valor para que en cualquier momento puedas liberarte de la mente que está atrapada por diversas cosas y circunstancias. Necesitas valor porque cuando te liberas de este modo, muere todo lo que has pensado de ti mismo. 

En esta etapa se practica la ruptura de la ilusión del falso «yo», que se ha creado por medio de tu pensar discriminatorio. Si logras practicar de esta manera de forma consistente, puede decirse que realmente estás practicando seon3. Si profundizas en la práctica de liberarte del «yo» falso de manera auténtica, aparecerá la verdadera naturaleza en medio de este samadhi4. Es como el niño que nace tras el embarazo. Desde el punto de vista del «yo» del ser no iluminado esta práctica equivale a morir, porque estás confiando en todas las cosas a las que te enfrentas y estás liberándote de todos los apegos. Sin embargo; desde el punto de vista de Juingong2, éste es el proceso de nacer. 
Cuando aparece la verdadera naturaleza sientes una felicidad indescriptible. Sin embargo esto no es el final. A partir de aquí debes seguir avanzando desde la perspectiva de tu esencia, el verdadero hacedor. Aquí es donde comienza la práctica propiamente dicha. 
Aun cuando te hayas encontrado a ti mismo y te hayas convertido en uno con tu «yo» verdadero, todavía debes continuar practicando y avanzando. Éste es un periodo extremadamente difícil. Te sentirás muy cómodo debido a que ya conoces a tu verdadero «yo» y no estás atrapado por nada; de manera que es muy fácil que decidas quedarte en esta etapa pensando: «¡Ya lo tengo!», sintiéndote muy feliz y a gusto. Será como si estuvieses bebiendo el agua dulce del manantial de la vida, con la que ni siquiera habías soñado cuando andabas errante en medio del sufrimiento. Te va a parecer que has logrado mucho, y te será difícil incluso imaginar que existen niveles superiores de práctica. No pensarás en estos niveles porque nunca los has visto ni has oído hablar de ellos. Es más, cuando mires a tu alrededor, verás toda clase de personas que se hallan en niveles de existencia inferiores al que tú te encuentras, de manera que será muy probable que pienses que eres el mejor. Todo lo que está por encima es oscuro, mientras que lo que está por debajo es  claro. Debes darte cuenta de lo vulnerable que es esta etapa. Si no tienes cuidado, puedes extraviarte fácilmente.
Es sumamente difícil convertirse de repente en un iluminado perfecto. ¿Por qué? Pues porque has creado muchos hábitos a lo largo de incontables vidas, y resulta muy duro desprenderse de todos ellos de golpe. Por lo tanto, no pienses que debes liberarte de toda esa carga de una sola vez; por el contrario, continúa liberándote de las cosas a medida que van surgiendo. Al hacer esto puedes tener experiencias mientras profundizas en tu práctica. Al ir confiando estas cosas a Juingong2, ese karma se desvanece y los hábitos correspondientes desaparecen también. A medida que sigues liberándote más y más, vas creciendo. Y aun cuando despiertes repentinamente, no te alegres demasiado por ello. Debes morir una vez más, sin mantenerte separado de todo aquello con lo que te enfrentes. 

Convertirse en Buda
Durante la etapa del «morir» por segunda vez, el practicante comienza a tener capacidades misteriosas. Sin embargo, ésta es una de las cosas de las que debes liberarte y que tienes que desechar. Si se despierta cualquiera de «los cinco poderes sutiles5», y a medida que esto ocurra, libérate de ellos, pásalos a tu esencia y sigue avanzando. Debido a que te liberas con la mente sin mente de todo lo que viene a ti, tu situación será diferente de la de otros que puedan tener capacidades sutiles. Existen algunas personas que poseen este tipo de capacidades, pero suele ocurrir  que no conocen el principio de la no dualidad y no están acostumbradas a transferirlas a la esencia; en consecuencia piensan que tales poderes constituyen un tesoro maravilloso. Si alguien continúa aferrándose a estos poderes e intenta aumentarlos, no sólo estará perdiendo el tiempo al caminar por una senda que no puede conducirle a la libertad, sino que también correrá el gran riesgo de acabar volviéndose loco.  
Si comprendes que en definitiva todas las cosas han surgido de la mente, y si devuelves y confías incluso los poderes sutiles a tu mente fundamental, alcanzarás la llamada «mente sin mente». Se denomina así porque en ese estado la mente es naturalmente imperturbable. Si se profundiza en esta etapa de mente sin mente, ya no surgirán preguntas como ¿existe o no existe el «yo»? En esta etapa, el que ya eres es tan diferente del «yo», que los no iluminados suelen creer que pueden decir con propiedad que el «yo» no existe. Por otra parte, existe el que vive realmente en el mundo, de modo que también es correcto, desde otra perspectiva, decir que el «yo» existe. En otras palabras, la mente sin mente es un completo estado de vacío en el que incluso se está libre del pensamiento de la mente sin mente; no se trata de un estado en el que no haya nada, sino que es un estado perfectamente vacío capaz de hacer o de convertirse en cualquier cosa. 
Es el vacío lo que puede disolver todo sufrimiento e ignorancia, y en el que incluso se disuelve la mente sin mente. 

El Nirvana 
Debes «morir» una vez más, tras haber «muerto» ya dos veces. Además, lo has de mantener en secreto. Cuando alcances esta etapa, aunque exista claramente el «tú» y el «yo», tú te puedes convertir en mí, y yo puedo convertirme en ti, sin que ninguno sea «tú» o «yo». En esta etapa, llegas a comprender el poderoso principio de la manifestación. Puedes manifestarte de este modo debido a que la mente carece inherentemente de forma, por lo que puede aparecer en un número infinito de formas distintas. 
Tras «morir» totalmente por tercera vez, se abre la etapa de la manifestación. Se cuentan muchas cosas misteriosas acerca de esta etapa de manifestación. La historia del Sutra Vimalakirti-nirdesa, en la que Buda reunió quinientos parasoles y los convirtió en uno solo, no es únicamente un mito, es verdad. Como también es cierto que el parasol mostró todo lo que hay en el plano de Buda. En esta etapa, si permaneces sentado pacíficamente, te convertirás en un Buda; y si entonces te nace un pensamiento te convertirás en Bodhisattva y podrás cuidar de los seres no iluminados en todos los planos. No existen palabras para describir todo lo relativo a esta etapa. 
En consecuencia, liberarte tú sólo del ciclo de sufrimiento, nacimiento y muerte no es la etapa final de la práctica. A través de la verdad profunda y misteriosa que es el Buda-Dharma, puedes escuchar las necesidades de todos los seres no iluminados y también puedes salvarlos a todos. Puedes hacerlo con manos que no son manos y pies que no son pies. Todo esto es posible porque, por medio del poder del Buda-Dharma, se puede hacer cualquier cosa, incluso en el mundo material. Es decir, el Buda-Dharma abarca y gobierna todas las leyes del mundo material. El gran significado del Buda-Dharma es tan vasto y completo que se encuentra casi más allá de la comprensión. 
El verdadero Nirvana se alcanza mientras se está vivo, no tras haber muerto. Es más, cuando te liberes y deseches incluso el pensamiento de que has alcanzado el Nirvana, estarás en el auténtico Nirvana. Tras alcanzar este punto, sabrás cómo regresar al Nirvana de la existencia. Debes experimentar por entero el nivel en el que ya no existe un cuerpo material. En el que no hay nada. 

El sendero del medio
Cuando seas capaz de tratar con los planos de la iluminación y de la no iluminación de forma igual y armoniosa, estarás siguiendo el sendero del medio.
No hay necesidad de pensar que un lado carece de significado y el otro es precioso. Libérate de ambos lados. No hay necesidad de aceptar un lado y rechazar el otro. El impulso de aceptar o rechazar surge de tus propios pensamientos fijos. Abarca ambos lados; trátalos de igual forma. No se trata del pie izquierdo, o del derecho. Se trata de ambos a la vez, tal y como son. 
No hay necesidad de mantener una cosa y desechar otra. Es necesario que seas capaz de ocuparte de ambas al mismo tiempo. No es cosa de elegir una u otra. No te puedes perder en el vacío, y tampoco puedes perderte en lo material. Debes combinar el cincuenta por ciento que constituye el plano visible con el otro cincuenta por ciento que es el plano invisible. 
El sendero del medio significa vacío, la totalidad que abarca todos los extremos. 

La virtud y el mérito de despertar 
Si en verdad despiertas a la naturaleza fundamental de la mente, serás libre, te sentirás bien y dejarás de ser esclavo del ciclo de karma y renacimiento. Serás libre porque no te sentirás perturbado por nada que surja del interior o del exterior. El concepto fijo del «yo» habrá desaparecido. Te manifestarás como médico o enfermera, como juez, fiscal o abogado, como presidente, como campesino o como prostituta. A través de tu mente esencial, te manifestarás como cualquier cosa que sea necesaria. Te manifestarás de millones de maneras, sin límite, ocupándote de todas las cosas visibles e invisibles sin ningún impedimento. Ésta es la capacidad de una persona verdaderamente libre.
Una vez has despertado, debido a la verdad de que toda existencia está dentro de tu mente esencial, no hay nada que sea un beneficio, nada que no sea un poema, nada que no sea Dharma ni nada que no sea un tesoro. 
Si una persona despierta, se esparcirán por todo el mundo incontables semillas de ese despertar. Aunque sea difícil, si una persona se ilumina se esparcirán por todo el mundo y por otros planos un número incontable de semillas que apoyarán y guiarán a todos los seres. 

Notas

1Hanmaum: «Han» significa «uno», «grande» y «combinado», mientras que «maum» significa «mente», al igual que «corazón», y también significa la conciencia universal, que es la misma en todas las cosas y lugares. De modo que Hanmaum significa tanto el estado en el que todo se halla interconectado en la unidad como la actividad por la cual todo vive y opera en conjunto como una totalidad.
2Juingong: Daehaeng Sunim ha descrito a Juingong como la mente esencial con la que está dotado cada uno de nosotros, y que conectada directamente con cada cosa. «Juin» significa «el verdadero hacedor», y «gong» significa «vacío». Por ello, Juingong es nuestra naturaleza verdadera, nuestra esencia verdadera, que siempre está cambiando y manifestándose, y que carece de forma fija.
3Seon: En chino, «Chan»; en japonés, «Zen».
4Samadhi: Este término ha sido definido de diversas maneras, pero se suele describir como un estado de conciencia no dual en el que se comprende claramente que sujeto y objeto no están separados.
5Los cinco poderes sutiles: Son la capacidad de oír cualquier cosa en cualquier lugar, la capacidad de ver cualquier cosa en cualquier lugar, la capacidad de conocer los pensamientos y sentimientos de otros, la capacidad de conocer las vidas pasadas, presentes y futuras, y la capacidad de aparecer en cualquier lugar sin trasladar el cuerpo.


Fuente:
Capítulo 7 del libro "Ningún río que cruzar" 
de la Maestra Zen Daehaeng Kun Sunim


9 comentarios:

  1. ¿50% para el interior y 50‰ para el exterior? mires donde mires estás en el interior de todos los exteriores. ¿Cómo se calibra ese porcentaje? Pues con un atencionómetro jejejeje

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  2. Hola Pedro, cómo estás compañero? :-P

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  3. Encantado de volver a saludarte. Me alegra verte de nuevo Orbem y que sigas por aquí. Hacía mucho tiempo que no entraba y se agradece que sigas ocupándote de este entrañable sitio. ¿Todo bien?

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  4. Muy bueno. Sin duda, el mejor texto zen que he leído.

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  5. El más esclarecedor, para mi.
    Mil gracias a la maestra Daehaeng Kun Sunim por escribirlo, e igual a Orbem, por difundirlo.

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  6. Hola Joaquín, qué tal estás?... cuánto tiempo!! ;-)

    Disculpa por no haberte saludado antes, llevaba días sin entrar al blog.

    Espero que te vaya todo muy bien... Un abrazo :-)

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    1. Vaya, no sabía que nos conocíamos. Lo cierto es que soy bastante despistado, pero me alegra conocer el sitio.
      Un saludo.

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  7. no opino nada.
    vida es vida,no dualidad,lo verdadero.
    papeles y letras,conceptos,nada,dualidad,muerte,confusion.
    lo verdadero nunca sale de libros ni letras,solo se vive,y ese vivir es desde la ignorancia.

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